Las noches en la que los dos luceros, Venus y Júpiter, coinciden en el firmamento, esas noches extrañas me transformo en gato negro. Cuando concurre tal casualidad espero a que la gente se sume en un profundo sueño y entonces aprovecho para subirme sigiloso a los tejados de hojalata y zinc. Desde allí contemplo cómo pequeñas estrellas fugaces se precipitan graciosas desde la inmensidad de la bóveda celeste y disfruto de extensas pláticas con la hechizada Luna,
la cual intenta persuadirme con sus ardides y conjuros para que haga cosas malas...
15.9.10
ECLOSIÓN
Su nacimiento hace unos años habría sido un éxito de reconocimiento, pero hoy en día era simplemente una más. Miembro de una muestra-probeta, la generación suya semejaba en todos los aspectos a la madre con la salvedad de la deseada infertilidad. Pertenecía al grupo de los llamados “animales tipo test” que gracias a los procesos de fecundación in vitro producirlos no acarreaba coste alguno. Esta ventaja la compartía con los ratones, los cuales eran creados en el laboratorio con fines semejantes. Sin embargo, cómo rata, ella era mucho más grande, algo que facilitaba la inyección de substancias y los procesos quirúrgicos. Tampoco era tan grande como las cobayas, que por razón de su tamaño solían desarrollar tumores como consecuencia de este tipo de producción en masa y perecían prematuramente. No hacía falta aplicarle vitamina C ni inmunodepresores; su mera finalidad era ser vital para reaccionar, y vaya si reaccionaba a las descargas eléctricas semanales. Según los criadores, su baja sensibilidad emocional significaba otro paso más allá respecto a los simios, pues en vano antidepresivos y medicamentos contra la drogodependencia le eran administrados ya que sus efectos se mostraban en ella escasos.
Un día, mejor dicho, una noche, puesto que los científicos que trabajan con sus congéneres, decidieron dejarlas toda su vida en extrema oscuridad para alterar su reloj biológico y así poder ajustar las pruebas al horario que mejor les convenía, apareció muerta en su urna transparente de 3 metros cuadrados. Los análisis post mortem atestiguaron que su cuerpo no presentaba ningún rasgo anómalo, más que una extraña asfixia, y los parámetros sanguíneos se encontraban en el umbral de la normalidad. Todos atribuyeron que su muerte tuvo como origen algún defecto en la creación, argumento en cuestión ya que su generación fue la más longeva que tuvieron... Una voz débil sugirió que su soledad diaria, la oscuridad en la que vivía, su reducido espacio vital, la falta de tacto en su tratamiento, la masiva administración de sustancias extrañas, y el no haber conocido el significado del afecto la podría haber conducido al suicidio, consiguiendo desconectar voluntariamente su capacidad respiratoria… Ciertamente todos sus compañeros de batín estallaron a reír con violentas e impertinentes carcajadas… Después de todo a quien le importaba su existencia? ni siquiera tenía nombre…
