26.10.11

IMSOMNIUM

Mi cerebro es actualmente cómo esta foto.







22.10.11

ANTONETT

"... Y allí fue la primera vez que me lo encontré. Todavía me cuesta recordar cómo pude acabar en aquel lugar marchito, aunque era de esperar estando en la compañía de Natalia. Una casa solitaria en aquel hipódromo industrial, contraventanas a medio caer y pintura escascarillada caracterizaban aquel antro nauseabundo que no era más que la tapadera de un prostíbulo en dónde los camorristas de la Bratva encontraban sus juguetitos de medianoche. Me sorprendió la cantidad de muchachos que había, y la juventud de muchos de ellos. En la puerta te podías encontrar una larga fila, apoyados en las paredes, esperando su cena a cambio de favores perversos. Diría que la mayoría no superaba los 25, aunque la dureza de las condiciones en las que se encontraban, estaba reflejada en muchos de sus rostros. Eran verdaderas hermosuras del genero ario. Los había rubios, pelirrojos y morenos, pero todos ellos de tez clara, en definitiva la favorita de sus clientes. Sus cuerpos eran esbeltos y flexibles, su delgadez exquisita y elegante. Todos estaban en ropa interior o como mucho en camisa bajera de tirantes. Se susurraban los unos a los otros, sonriendo mientras te miraban de arriba a abajo fumándose algún que otro cigarro de contrabando por cuyas caladas se peleaban. Muchos de ellos eran ninhos huérfanos, acogidos por alguna de las más estrictas escuelas de ballet, en dónde lamentablemente no consiguieron triunfar. Ello era palpable en la delicada arquitectura de su cuerpo, del 1'80 hacia arriba, poseían unas espaladas perfectamente colocadas, con una suave combadura de tobogán en la parte inferior de la columna y unos hombros finamente alineados. Sus piernas parecían grotescamente alargadas debido a la delgadez, y aunque el porte de bailarín les era de algún modo intrínseco, el hambre o la falta de sueño, conevrtía su manera de andar en torpe, imprecisa y sin equilibrio. Verdaderas bellezas de las pasarelas ocultas del "prêt-á-porter" moskovita, aquellas cigüeñas famélicas e hijas de lo obsceno interpretaron trisitemente mi llegada como su mayor triunfo del día. Ello me hacía sentir extrañamente desorientado, hasta que por fin apareció él. De ojos oscuros y pestañas larguísimas, su mirada despertaba curiosidad. Sin duda irradiaba un candor especial, era una de esas personas en las que fácilmente aflora tu complicidad y te invitan a conocerles más. Con sus sonrisa tierna y natural (de hecho creo que era la única persona que sonreía sin pretensión alguna), me preguntó con su ruso mal declinado, y un dulcisimo acento azerí, que qué hacía un tipo como yo en un lugar así. En realidad no me había fijado en que mi ropa lucía incomodamente de etiqueta, y que cualquiera podría deducir mis orgines en la alta sociedad sin mucha dificultad. Anhos más tarde, me acordaría de esa pregunta, paseando por el puente de Karlův en Praga, dónde el atardecer, la luz rosa amelocotonada y el perfume de uno de los viandantes, me haría pensar irremediablemente en lo maravilloso que era ese muchacho y en lo enormente desgraciado que me debía sentir por no haber evitado que un ángel de esos muriese. Nunca lamente tanto la muerte de una persona, ni siquiera la de propio hijo..."



4.10.11

VEGGY HAMBURG

¿Qué sería de Hamburgo sin sus hamburguesas?

























































Siempre habría un exquisito falafel dürum, o pescaíto del bueno.
Turúú!